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lunes, 6 de abril de 2015

Glifosato: un herbicida muy extendido que puede provocar cáncer

La OMS ha declarado el día de la Inocuidad de los Alimentos 
La OMS ha aprovechado el Día Mundial de la Salud, que se celebra el 7 de abril de 2015, para fomentar medidas destinadas a mejorar la inocuidad de los alimentos a lo largo de toda la cadena, desde la granja hasta el plato. 

Es importante que antes de comer nos paremos a pensar cómo y con qué se trata la tierra que produce los alimentos.

Así llegamos a uno de los temas más polémicos de los últimos años en la relación agricultura-alimentación-salud: el uso del GLIFOSATO.


En febrero de 2014, Ignacio Riveros en un articulo (http://suite101.net/) titulado como Para qué sirve el glifosato: uso como herbicida en la soja nos explica que "el glifosato es un herbicida, es decir un producto fitosanitario que se utiliza en agricultura para combatir las malezas. Las malezas son cualquier planta que crece junto a los cultivos y que no tienen un fin productivo. Su eliminación en las parcelas sembradas deviene necesaria, ya que si no se lo hiciera saldrían mezcladas con el cultivo al momento de la cosecha, provocando su pérdida.
El glifosato fue descubierto en 1970 en el laboratorio Monsanto, el que lo patentó y comercializó y concentra alrededor del 80 % del mercado de este producto.

Glifosato: un herbicida no selectivo y sistémico

El glifosato entra en la categoría de herbicidas no selectivos, que son los que eliminan todo tipo de planta, en oposición a los selectivos que matan ciertas plantas objetivos, dejando al cultivo de cosecha indemne.
También es sistémico porque al ser aplicado sobre la planta, esta lo absorbe y, transportado por los vasos conductores de nutrientes (floema) a otras partes de aquella, puede afectarlas aún cuando el herbicida no entró en contacto con esas partes.
En el caso del glifosato su absorción es por las hojas pero también se puede inocular en tallos. Elimina las plantas porque su acción consiste en suprimir su capacidad de producir aminoácidos aromáticos, que son esenciales porque forman parte de las proteínas y son precursores de otros compuestos biológicos.”

A pesar de estos beneficios y de lo extendido de su uso, cada vez hay más voces en contra del empleo de este herbicida del que la OMS ha reconocido en marzo de 2015 como producto cancerígeno.


Algunos documentos que ilustran esta polémica: