La ermita
de San Zoilo, declarada Bien de Interés Cultural por D.F. 88/2001, de 9 de
Abril, es una construcción gótica del segundo cuarto del siglo XIV por
iniciativa del obispo de Pamplona Arnalt de Barbazán (1318-1355).
En su
interior se albergan unas interesantes pinturas murales; se localizan en los
testeros del ábside y paños laterales de arranque de la nave, en las zonas que
quedaban cubiertas por los retablos, hoy desaparecidos.
La pintura
del ábside ocupa una extensión de 3 m/l x 4 m/h. La escena representa un
Calvario enmarcado por una banda que comprende tres alineaciones de motivos
geométricos semicirculares y varios registros horizontales en la parte
inferior, también de diseño geométrico.
En los
testeros de los paños laterales del arranque de la nave la decoración mural es
de tipo ornamental. En un diseño de cuadrícula se pintan motivos geométricos y
florales en los cuadrados resultantes. Los fondos alternan fondo rojo y azul.
Ha
permanecido oculta tras el retablo mayor, el último datado en el primer tercio
del siglo XVIII (desaparecido). Las aves, que todavía hoy se introducen en el
interior de la iglesia, se posaban sobre el retablo proyectando sus excrementos
hacia la trasera, sobre las pinturas murales. Las deyecciones forman dos
grandes regueros que recorren verticalmente el mural, con una capa de
considerable espesor.
En estos
días, la asociación Amigos de San Zoilo está desarrollando, en colaboración con
el Ayuntamiento de Cáseda y con la aportación de numerosos mecenas, el proyecto
de restauración de las pinturas murales del ábside del templo.