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Mireya Franca Cunchillos, sangüesina, está a punto de acabar sus estudios en Diseño de Moda en la Escuela Superior de Diseño de La Rioja.
Uno de los requisitos académicos que le faltan es terminar, hacia finales del mes de mayo, con sus 240 horas de prácticas en empresa. Prácticas que están dirigidas y supervisadas por otra sangüesina, Elena Carlos, que, desde el pasado 1 de febrero, acoge a la estudiante de 22 años en su establecimiento artesanal de la calle Mayor.
Así, en "Lo que yo hago", Elena y Mireya han recuperado esa antigua usanza gremial de la enseñanza en los talleres de artesanía. Maestra y Discipula no solo comparten espacio y actividad si no que se enriquecen en el creciente aprendizaje. Mireya, sin dejar de hacer cosas, de trabajar, comenta con mucho entusiasmo que esta experiencia le está permitiendo conocer directamente todo lo relacionado con el corte y la confección de prendas. Y, añade con una gran sonrisa que, la vitalidad contagiosa de Elena la está ayudando mucho para dar el paso desde la teoría y los cálculos a la acción. Está aprendiendo a romper ese miedo inicial de trasladar un diseño del patrón a la tela... y a hacerlo con decisión, con "alegría", con "libertad".
Por su parte, Elena ha encontrado muchos alicientes en esta alianza: desde los aires nuevos y la oxigenación que Mireya con su juventud emana; pasando por la tarea de reactivar su propia imaginación al pensar y plasmar nuevos patrones y prendas que sirvan para que su alumna descubra y practique nuevos aprendizajes; hasta la estimulante oportunidad de actualizar su lenguaje al contrastarlo y compartirlo con la estudiante... "en el mundo de la moda y el diseño se emplean actualmente muchísmos términos y expresiones en inglés para referirse a procesos y técnicas que se trabajan desde siempre en el mundo de la costura".
Ambas coinciden y concluyen, contundentes, que la experiencia está siendo "SUPERPOSITIVA".
